Biometría incrementa seguridad en las obras en construcción
08 October, 2015
category: Biometría, Seguridad física
La tecnología ahorra dinero e incrementa la seguridad
Por Autumn Cafiero Giusti, editor colaborador, Avisian Publications
A los proyectistas de las instalaciones de las Olimpiadas de Verano de 2012 en Londres se les encomendó la innovadora tarea de encontrar una forma de asegurar una obra constructiva que habría de admitir a 81,000 trabajadores en el transcurso de cinco años de construcción.
Pero asegurar una obra en construcción, en particular una de esa escala, significa enfrentar un conjunto único de retos. Hay múltiples puntos de acceso e innumerables subcontratistas con una mano de obra que varía de un día a otro.
Los proyectistas de las Olimpiadas de Londres hallaron la respuesta en un sistema de control de acceso que utiliza lectores biométricos de las manos – los cuales todavía hoy se mantienen en su ubicación- para garantizar que solo los trabajadores autorizados entraran a la obra.
Motivadas por proyectos como el de las Olimpiadas de Londres, las empresas están demandando tecnologías de biometría e identidad para proteger las obras en construcción, especialmente en aquellos lugares en que hay necesidad de controlar el tiempo del empleado y controlar el acceso a las obras. La demanda es más fuerte en países como el Reino Unido, donde se aplican leyes estrictas para el acceso a las obras en construcción. Pero también hay avances en los Estados Unidos, ya que las compañías que administran múltiples y remotos conjuntos de trabajadores, luchan por prevenir el fraude en los salarios, el robo, y otros problemas.
“Si uno tiene una gran instalación con múltiples puntos de acceso y no puedes tener a alguien supervisándolo todo, es preciso asegurarse de que en la obra está el personal correcto, y que los trabajadores que se necesitan están en el lugar en el momento requerido”, explica Susie Osowski, gerente de productos biométricos de Allegion, un proveedor global de productos de seguridad que instaló sus lectores biométricos Schlage para reconocimiento de geometría de las manos en las obras constructivas del Parque Olímpico en Londres.
Los sistemas de control de horario y de acceso tienen que ser adaptados a la industria de la construcción, ya que las obras constructivas tienden a estar situadas en entornos difíciles, en que los sistemas tradicionales puede que no respondan a estas demandas tan específicas.
Los puntos de entrada a menudo son transitorios, a diferencia de las puertas y entradas normales de un edificio. Los sitios normalmente son exteriores, lo que puede crear problemas de iluminación para el software biométrico de reconocimiento e imágenes. Los trabajadores que marcan el reloj a la entrada y salida muchas veces tienen las manos sucias, usan guantes y cargan equipos pesados.
“Marcar por el amigo (en inglés conocido como “buddy punching”) – en que un trabajador marca por un amigo que a lo mejor está ausente o se le hizo tarde – es un problema común. Esto es un problema mayor porque esas empresas administran simultáneamente múltiples obras constructivas.
Para enfrentar esos desafíos, las compañías están utilizando una variedad de tecnologías biométricas y de acceso, incluyendo software de reconocimiento facial, escaneo de las manos y sensores de huellas digitales. Y por supuesto, las compañías también emplean la clásica tarjeta de identificación para controlar el acceso a las instalaciones.
La biometría en las Olimpiadas
El uso de la biometría en las obras de construcción de las Olimpiadas data de los juegos de 1984. Pero la primera prueba a gran escala fue en los juegos de 1996, en que los lectores de geometría de las manos controlaron 65,000 personas y más de 1 millón de transacciones en 28 días. Esta fue además la primera implementación a gran escala de tarjetas de identificación vinculadas a lectores de geometría de manos a través de radiofrecuencias, según Allegion.
Con el sistema solo de tarjetas, los guardias de seguridad verificaban a cada empleado contra una tarjeta de identificación, y después ingresaban de forma manual la información de cada persona en el registro. Pero ese sistema requería un trabajo intenso, y el uso de tarjetas inteligentes daba la posibilidad de marcar el reloj unos a otros.
En un entorno de múltiples instalaciones, como es el caso de la sede de las Olimpiadas, es mucho mayor el riesgo de una violación de la seguridad, de que se marque la tarjeta entre amigos, y se hagan pagos incorrectos a los contratistas.
Londres, como otros juegos anteriores, escogió patrones biométricos de geometría de las manos. Se descartó la opción de los lectores de huellas digitales debido a que los trabajadores tenían las manos sucias cuando marcaban, o utilizaban guantes; y como muchas de las obras constructivas eran al exterior, la iluminación de fondo no contribuía al funcionamiento del software de reconocimiento facial.
Los lectores de geometría de manos verifican la identidad de un individuo mediante la forma y tamaño de la mano. No se basa en huellas digitales o impresiones de las palmas, que pueden resultar más difíciles de capturar en entornos difíciles.
“Yo puedo literalmente meter la mano en pintura negra, colocarla en ese dispositivo, y de todos modos va a verificar mi identidad porque no está buscando esa otra información”, señala Osowski. “Sencillamente está tomando las medidas geométricas de mi mano”.
Human Recognition Systems de Liverpool suministró el sistema de gestión Biometrics Information Management, que utiliza lectores Schlage HandPunch junto con tarjetas inteligentes.
Ese sistema de control de acceso ha estado funcionando desde la primera etapa de construcción en el Parque Olímpico. Los trabajadores también emplearon el sistema durante la transformación de la sede después del evento, y posteriormente de nuevo para una modernización de esas instalaciones, que comenzó este año y continuará en el 2016.
Controles más estrictos en Europa
La demanda de biometría para proteger las obras en construcción está en pleno despegue en Europa, y en particular en el Reino Unido. HID Global provee sistemas biométricos de control de acceso para compañías de construcción en todo el Reino Unido, Europa y Medio Oriente. “Todavía no vemos mucho de esto en los Estados Unidos, pero el Reino Unido ha tomado la delantera en cuanto a aplicar un gran número de estas regulaciones”, señala Bill Spence, vicepresidente de ventas de HID Global para Norteamérica, Europa y Australia. Europa tiene un marco regulatorio mucho más estricto que establece cómo se controlan los trabajadores de la construcción. Es ilegal que las compañías empleen a trabajadores si no pueden demostrar su procedencia, explica. Aurora, una firma de investigación y desarrollo de biometría con sede en el Reino Unido, ha implementado su software de reconocimiento facial para la construcción en algunos de los rascacielos más grandes de Londres, incluyendo The Shard, un rascacielos de 87 pisos que se inauguró en 2013 y que actualmente es un ícono. El sistema de Aurora emplea luz infrarroja en lugar de luz visible, con el fin de evitar los problemas de la iluminación a diferentes horas del día y en entornos únicos. El sistema puede trabajar incluso en total oscuridad, explica Gary James, director de ventas y relaciones con los clientes de Aurora. “Mientras tu rostro se mantenga igual lo mismo ayer que hoy, vas a obtener rápidamente el acceso”, dice James.
Una de las grandes ventajas del reconocimiento facial, plantea James, es que no se necesita del contacto, lo que es importante para los trabajadores de la construcción que usan y llevan encima mucho equipamiento de seguridad. “Todo el proceso se hace más lento si tienen que quitarse de encima esos equipos antes de pasar por el punto de control”, añade. Además, detenerlos para que retiren herramientas y materiales a fin de buscar y presentar una tarjeta de identificación, afecta la productividad. La unidad Aurora consiste en una cajuela en la pared con una pantalla en la parte inferior que captura la imagen del empleado con una cámara infrarroja. La unidad también puede montarse dentro de un torniquete seguro que no dejar pasar sin la adecuada verificación. En obras de menor tamaño se puede utilizar una opción basada en nube que funciona con teléfonos inteligentes y tabletas. James señala que el aspecto más fuerte del reconocimiento facial es que el sistema toma fotos de cada evento. De manera que si se da alguna situación, como puede ser un ataque terrorista en que hace falta identificar sospechosos, se dispone de fotos de todas las personas que han entrado alguna vez al lugar. “Si uno piensa en las demás modalidades biométricas, se da cuenta que no se puede andar por el lugar con una foto de la huella digital de alguien o un escaneo del globo ocular, y tratar de averiguar quién es la persona”, señala. Otras empresas tecnológicas han descubierto sus propias soluciones frente a los desafíos que supone identificar a los trabajadores en una obra en construcción. HID Global desarrolló su sensor de huellas digitales Lumidigm para resolver los problemas de la captura de huellas digitales con sistemas convencionales de imágenes. El sensor Lumidigm captura las imágenes incluso en entornos difíciles donde es complejo distinguir las imágenes de huellas digitales. “Desde los mismos inicios hemos diseñado tecnología que sea capaz de funcionar en esos entornos difíciles”, plantea Spence. Ievo, un fabricante biométrico del Reino Unido, desarrolla lectores de huellas digitales para una gama de aplicaciones, incluyendo obras en construcción. Los lectores biométricos de control de acceso de Ievo emplean tecnología de imágenes Lumidigm, y sus lectores de huellas digitales se han estado usando en obras ferroviarias de Crossrail en el Reino Unido. “Adoptar una tecnología biométrica es la primera línea de defensa, no solo por los aspectos de seguridad, sino también por las implicaciones en la salud y protección”, explica Shaun Oakes, director general y propietario de Ievo.
Contratistas reducen costos en mano de obra
Está creciendo la demanda de control de acceso biométrico para la fuerza laboral en obras de construcción, ya que las compañías se dan cuenta que estos sistemas les reportan ahorros al prevenir el fraude en los salarios. Son precisos, y representan además es una manera más eficiente de hacer las cosas, dice James. “Muchísima gente mantiene aún las anticuadas hojas de horarios, y obviamente con estos sistemas se elimina todo ese trabajo administrativo”, añade.
Gracias a su control de acceso a obras de construcción, Allied Risk Management, proveedor de seguridad y protección con sede en Nueva York, pudo recuperar cerca de $1 millón para uno de sus clientes, Tishman Construction Corp. de Boston, explica Kerry Madden, administradora de Allied Risk Management. La compañía de construcción recibía facturas de múltiples subcontratistas a pie de obra, pero no tenían forma de llevar un control de quiénes realmente asistían al trabajo. Allied Risk Management montó un sistema que aseguraba que todo el que entrara a la obra tenía que pasar una tarjeta de control de acceso con la foto del trabajador y el nombre del empleador. Al final del día, el contratista tenía registros de la fuerza de trabajo para poder compararlos contra las facturas de los subcontratistas.
Después de este trabajo para Tishman, los servicios de control de acceso de Allied Risk Management empezaron a despuntar.
A través de su socio para la emisión de tarjetas, IDSecurityOnline.com, la compañía le entrega tarjetas de proximidad a los trabajadores en las obras de construcción de la ciudad de Nueva York. Para asegurar que la producción y personalización de las tarjetas de acceso de los trabajadores no constituya un retraso, IDSecurityOnline le envía a Allied tarjetas pre-programadas para que se personalicen y distribuyan en el terreno en solo 24 a 48 horas. Madden plantea que las empresas de construcción están comenzando a reconocer la necesidad de asegurar sus obras. “Lamentablemente, el robo y los trabajadores descontentos siempre van a estar presentes”, expresa Madden, y explica que las políticas y sistemas de control de acceso pueden disminuir el riesgo.
La firma Kronos Inc., de Chelmsford, Massachusetts, también ha encontrado un nicho para ayudar a que las compañías estadounidenses de construcción aseguren el control de acceso y con ello puedan reducir los costos en fuerza de trabajo.
Kronos emplea tecnología táctil de identificación para brindar una gestión automatizada de la mano de obra para Crossland Construction Company Inc., que controlaba el horario de los trabajadores de forma manual. El problema de Crossland era que a veces olvidaban incluir el tiempo de los empleados en una tarea, o identificar a aquellos que habían trabajado en múltiples proyectos.
Los clientes de Kronos también confrontaban el problema de empleados que marcaban por otros. “Con tecnología biométrica ya eso no se puede hacer, lo que representa un ahorro significativo en los costos para una organización”, comenta Kylene Zenk-Batsford, gerente senior de manufactura para la práctica constructiva de Kronos Inc.
Crossland colocó terminales Kronos para obtención de datos biométricos en cada una de sus obras en construcción, y al pagarle a los trabajadores exclusivamente por su tiempo trabajado, solo en el primer año de aplicación de esa tecnología ahorró $850,000 en fuerza de trabajo, explica Zenk-Batsford.
Madden dice que las compañías de construcción no suelen pensar en el valor de la seguridad en las obras hasta que se produce una situación de robo o vandalismo. Si se despide a un subcontratista de un proyecto, los empleados descontentos pueden regresar y romper o robar equipos. Pero cuando las empresas de construcción establecen control de acceso, ayudan a eliminar esos riesgos, señala.
“Suele pensarse que las cosas marchan tan bien que la compañía no necesita seguridad”, observa Madden. “Pero la mayoría de las veces la cosas van bien precisamente porque está implantada la seguridad”.