El analista de mercado IHS Inc. estima que aproximadamente 1,400 millones de licencias de conducir están actualmente en circulación en todo el mundo, una cifra que solo es superada por las tarjetas nacionales de identificación. Pero la cifra de licencias de conducir inteligentes es minúscula, representando solo el 12% de todas las credenciales para conducir que fueron emitidas a finales de 2012.
Las tarjetas nacionales de identificación inteligentes o eIDs están emergiendo en países de todo el globo, lo que hace surgir la interrogante: ¿qué es lo que frena la adopción de las licencias de conducir electrónicas?

Como explica IHS en un informe reciente, las licencias de conducir electrónicas (eDLs) son clave para la prevención del fraude y la falsificación, y pueden también mejorar los procesos administrativos al adicionar una excelente colección. Las credenciales inteligentes también permiten añadir otras funciones según la necesidad, incluyendo almacenamiento de información médica, datos de tarjetas de votantes o documentos de viaje con cumplimiento de ICAO.

Aunque los beneficios pueden ser obvios, IHS señala que las licencias de conducir electrónicas aún están lejos de alcanzar los niveles de difusión global, que se espera que crezca del 12% a solo un 20% para el año 2018. Hay varias razones para esta adopción tan lenta, no en último lugar debido a la pobre penetración automotriz en una serie de poblaciones nacionales en Medio Oriente, Asia y otras regiones.
Asia, por ejemplo, mantiene actualmente la mayor base instalada de licencias de conducir electrónicas, contando con cerca del 85% del conjunto de estas licencias emitidas a nivel global en 2012. No obstante, estas estadísticas son engañosas, ya que Japón es el mercado clave de la región y representa cerca del 40% de la base global instalada en 2012 de las licencias de conducir electrónicas.

IHS espera, en el caso de Norteamérica, donde las relaciones fronterizas son un punto álgido, que el mercado de las licencias de conducir electrónicas sea impulsado en gran medida por México, aunque los Estados Unidos y Canadá deben contribuir. En Estados Unidos y Canadá, IHS indica que la implementación de esas licencias estará limitada a un reducido número de estados, en particular aquellos situados en torno a la frontera EEUU-Canadá.

El alza proyectada en la adopción de un 12% a un 20% a fines de 2018 representa un paso en la dirección correcta para las credenciales inteligentes, pero resulta poco ambicioso. Incluso con ese incremento, las licencias de conducir siguen representando el nivel más bajo de penetración de tarjeta inteligente de todas las credenciales emitidas al final del período de previsión, hecho que a criterio de IHS constituye una oportunidad perdida.

Filomena Berardi, analista principal de IHS para tecnologías financieras y de identidad, considera que con la adopción de las licencias inteligentes de conducir, es mucho más lo que se puede lograr, como por ejemplo, el registro automático de los puntos por penalidades y los antecedentes penales. Berardi señala que “con la adición de los datos biométricos, puede registrarse en la tarjeta la información de seguros y salud, de modo que cuando un chofer que se ve involucrado en un accidente o es detenido por la policía, la información ya estaría disponible. Eso es apenas la punta del iceberg, ya que los diferentes usos de la licencia de conducir electrónica son infinitos”.