Materiales avanzados en tarjetas permiten seguridad en capas
14 August, 2015
category: Emisión de tarjetas, Finanzas, Gobierno, Identificación digital
Hay muchas excelentes funciones de seguridad que pueden incorporarse a los documentos de identidad – hologramas, grabado laser, estampado – pero no todos los materiales de las tarjetas pueden asimilar las diferentes funciones de seguridad que están disponibles para los emisores de las mismas.
Los emisores modernos están examinando sus credenciales de identidad y realizando un análisis costo-beneficio sobre el material de las tarjetas y las funciones de seguridad, dice Pierre Scaglia, gerente de segmento global de Credenciales Seguras en PPG Industries. Los emisores tienen que analizar cuánto quieren que dure la tarjeta, combinado con las funciones de seguridad que quieren utilizar, y entonces valorar cuáles son los mejores materiales de tarjeta para el documento. “La seguridad de la tarjeta resulta de las funciones estampadas, microtexto, hologramas y funciones únicas específicas del programa”, explica.
Pero cada una de estas funciones de seguridad tiene diferentes requerimientos respecto a los materiales de tarjeta y el proceso de producción, dice Scaglia.
Los emisores de tarjeta tienen que hacer su tarea. Si quieren grabado laser, un chip inteligente y una duración de 10 años, esto puede requerir un sustrato especial de tarjeta. “Uno no puede asumir que cada personalización funcionará con cada sustrato”, señala Mary Olson, gerente senior de marketing para soluciones gubernamentales de Entrust Datacard.
Las tarjetas de identificación no están hechas de una simple pieza de plástico, sino que están compuestas de numerosas capas delgadas de plástico. Esas capas suelen ser de PVC, pero las tarjetas más duraderas y seguras pueden confeccionarse combinando diferentes materiales para crear una tarjeta compuesta.
Normalmente las credenciales de identidad deben durar 10 años para los adultos, dice Scaglia. Esto significa que realmente tienen que estar en capacidad de sobrevivir físicamente durante ese período de tiempo, y que las funciones de seguridad deben mantenerse inexpugnables. Para alcanzar este objetivo, los emisores preocupados por la seguridad sitúan en capas diversas funciones de seguridad en un documento, de modo que los falsificadores tengan que enfrentarse o clonar muchas funciones diferentes.
Pero para emplear múltiples funciones de seguridad, un emisor tiene que construir la tarjeta con materiales compatibles con las funciones. Algunas funciones de seguridad trabajan mejor sobre materiales diferentes y empleando diferentes tecnologías de impresoras de tarjetas, explica Carla Boria, directora de productos para la gestión de suministros y tecnologías seguras en Entrust Datacard. “Desafortunadamente, no hay un tipo único de tarjeta que se lleve todas las buenas calificaciones”, añade.
Por ejemplo, el PVC es de bajo costo, ampliamente utilizado y compatible con la mayoría de los laminados y tecnologías de impresión. En cuanto a sus desventajas, no es muy duradero y tiene un tiempo de vida útil promedio de solo tres años.
Las tarjetas compuestas – hechas de PVC y de un material de poliéster tal como PET – son más costosas, pero duran más que las tarjetas hechas solamente con PVC. Pero esas tarjetas pueden deslaminarse y no son compatibles con el estampado, lo que significa que no pueden emplearse para las tarjetas de pago que requieren esa función.
Añadir materiales sintéticos – como Teslin – a una tarjeta compuesta puede incrementar la eficiencia y mejorar de modo significativo su durabilidad, gracias a la flexibilidad, resistencia a la deslaminación, y la protección para los elementos electrónicos embebidos, dice Scaglia.
Las tarjetas de policarbonato son otra opción común para las identificaciones seguras. Esas tarjetas son duraderas y son compatibles con la personalización en grabado con laser resistente al fraude. No requieren laminados, de modo que la deslaminación no es un problema. Normalmente son más caras, y con el grabado normal en laser solo pueden ser personalizadas en blanco y negro.
Situando datos variables en capas
Los emisores requieren situar datos variables en toda la tarjeta, dice Boria. Los datos tradicionales variables incluyen foto, fecha de nacimiento y número de tarjeta de identidad. “Uno toma estos datos variables estándar y, utilizando algo único como es el grabado en laser, es extremadamente difícil reproducirlo”, explica.
Otra opción sería utilizar la impresión digital de los datos variables sobre la capa de Teslin dentro de una tarjeta compuesta. Como esaa capa está embebida debajo de otras capas, es muy difícil de alterar o falsificar.
Mediante el empleo de diferentes técnicas, tales como las descritas – junto con los hologramas tradicionales, dispositivos ópticamente variables y otras funciones de seguridad – los falsificadores tendrían que derrotar múltiples funciones fuertes. “Para el momento en que pudieran adicionar todas esas cosas, la mayoría de los atacantes encontrarían que es demasiado costoso y se irían a otra parte”, explica Boria.
Los emisores también necesitan asegurarse de que la calidad del sustrato de la tarjeta es buena, ya que los fabricantes aplican diferentes fórmulas para crear esos sustratos, señala Olson. “La gente piensa que si tienen una tarjeta de policarbonato, siempre obtendrán resultados de calidad”, explica. Ese no siempre es el caso y sería sensato que los emisores probaran el sustrato de la tarjeta con el equipo de personalización antes de hacer la implementación.
Durante años las tarjetas compuestas han sido la norma para las tarjetas de identidad de alta seguridad y las tarjetas de identificación de gobierno. Actualmente las instituciones financieras están valorando esos sustratos para las tarjetas de pago, ya que el sistema EMV encarece la producción de esas tarjetas y los bancos quieren asegurar que sean duraderas, dice Boria. “Los chips están cambiando la confección completa de la tarjeta y se convierten en el 80% del costo”, explica. “A los bancos les preocupa que las tarjetas no duren tres años”.
Por supuesto, las tarjetas compuestas se están haciendo más populares y desplazando a las de PVC debido a que tienen una vida útil más larga y la habilidad de manejar mejor la electrónica embebida, tales como tecnologías de contacto y sin contacto, señala Boria. “Las tarjetas compuestas están pasando también a otros usos, y los emisores están utilizando dos o tres de estos sustratos para obtener grandes resultados”, explica.