re:ID serie sobre eID nacional: Europa al frente del impulso mundial a la identificación electrónica
29 May, 2015
category: Identificación nacional
Cuando hablamos de identificación a nivel nacional, hay que decir que el panorama está cambiando a un ritmo increíble. Encabezando la lista están las credenciales de identificación electrónica (eID), que se usan para muchas cosas más que solo demostrar la identidad. La identificación nacional moderna está ayudando más que nunca a consolidar servicios y funciones, y la adopción está produciéndose a escala global. En un informe de Acuity Market Intelligence con el título “Informe global sobre la industria nacional de identificación electrónica” (en inglés, The Global National eID Industry Report) se estima que los ingresos del programa global de identificación electrónica alcanzarán una cifra máxima de $10,500 millones anuales en 2016.
Se espera que a partir de entonces la cifra fluctúe entre $8,000 y $9,000 millones anuales. En términos de unidades emitidas, los volúmenes anuales de identificación electrónica serán de 600 a 800 millones de unidades entre 2015 y 2018.
El objetivo primordial de los programas de identificación electrónica es lograr que la credencial nacional se ponga a la altura de la modernización digital de las identidades de confianza. Las tarjetas inteligentes, que pueden incluir más de un microprocesador, permiten que los ciudadanos hagan de todo, desde demostrar su edad hasta conectarse a servicios gubernamentales.
La clave para esto es el dispositivo móvil – el nuevo estándar para la conectividad. Con el uso del móvil, la credencial nacional debe ser ahora más ágil, fácil de usar y lo bastante compleja desde el punto de vista técnico como para facilitar el intercambio de información entre las personas y los recursos federales.
En un intento por comprender mejor las tendencias de nivel macro y las dinámicas subyacentes, en el transcurso del 2015 re:ID examinará iniciativas de identificación electrónica sobre una base de región a región. La primera parada es Europa.
Europa de un vistazo
Europa inicia esta serie como el líder regional y bastión de las implementaciones de identificación electrónica. El continente ha experimentado el crecimiento más rápido en la cantidad de programas eID y es sede de los proyectos más avanzados y maduros del planeta.
Existen 21 iniciativas eID en el continente europeo, con un estimado de 150 millones de ciudadanos – cerca del 30% de la población del continente – en posesión de una credencial de identificación electrónica, según un libro blanco de Gemalto. Esos programas incluyen 16 de los 28 países de la Unión Europea.
Según el informe de Acuity, del total de ingresos generados por identificación electrónica en el 2013, el de Alemania fue el mayor con un 26%. Después le siguió Ucrania con 17.7% y España con 16.8%. En 2015 se estima que el mercado se desplazará con Turquía y Rusia lidereando con 26% y 18.5% de participación en los ingresos respectivamente.
La fragmentación crea programas únicos
Pese a la abrumadora adopción en toda Europa, sigue existiendo un gran contraste en cómo los países utilizan la identificación electrónica y qué funciones apoya cada uno. Esto ocurre porque estos programas se desarrollan para satisfacer necesidades internas de cada nación individualmente. Cada identificación electrónica nacional es una credencial por sí misma, y no es igual que – ni una extensión de – otras credenciales, como por ejemplo un pasaporte electrónico. “Los pasaportes electrónicos surgieron como respuesta a requisitos muy específicos que se impusieron, pero los programas de identificación nacional son impulsados y definidos por factores internos, no por mandatos internacionales”, señala Maxine Most, fundadora y directora de Acuity Market Intelligence. “Así es que, mientras las iniciativas internacionales, las mejores prácticas que surgen, y los estándares, influyen en su desarrollo, los programas de identificación nacional no están atados a autoridades o influencias externas”, explica. “Son tan variados como los países que los implementan”.
Otra parte de la fragmentación de la identificación electrónica puede ser resultado de las políticas y de las discusiones entre agencias. A medida que la identificación electrónica sigue evolucionando y se incrementa el número de casos de uso, más entidades de gobierno se involucran en la definición de un sistema de identificación electrónica. En Europa, los programas eID normalmente son coordinados por el Ministerio del Interior o un órgano similar de gobierno, y el registro de la población nacional radica en el centro del sistema.
Desafortunadamente, los recursos técnicos e informáticos no son para nada iguales en las distintas fronteras nacionales. “Para un sistema tradicional de identificación puede haber un solo dueño, por ejemplo, un ministerio del interior”, dice Stefan Barbu, director para las Américas de ventas y marketing de identificación en NXP Semiconductors. “Pero en un esquema de identificación electrónica otras partes interesadas necesitan tener voz”. Por ejemplo, el Ministerio de Salud puede estar involucrado en lo tocante a beneficios, el Ministerio de Justicia en cuanto a PKI y firma electrónica, el Ministerio de Transporte para el tránsito, y el Ministerio de Economía para la declaración electrónica de impuestos. “Esta complejidad institucional hace mucho más difícil que estos proyectos puedan despegar”, señala Barbu.
El clima político de un país puede influir fácilmente en el progreso de una iniciativa eID, dice Phil Sealy, analista senior de ABI Research. “La incertidumbre política, un cambio de funcionarios del gobierno, los sufragios, o incluso el hecho de tener solamente un apoyo parcial por parte de empleados gubernamentales, puede ocasionar demoras”, explica. “Hasta las modificaciones o enmiendas a las leyes pueden consumir mucho tiempo para el desarrollo de un proyecto de identificación electrónica”. Aparte de eso, Sealy señala que el financiamiento de los proyectos eID constituye otro reto. “Los gastos de capital extremadamente altos son siempre una preocupación”, apunta Sealy. “Esto puede ser una preocupación mayor en épocas de incertidumbre económica, cuando los proyectos se atrasan con el fin de disminuir gastos gubernamentales”.
La geografía europea demanda interoperabilidad y convergencia
Cuando se trata de iniciativas de identificación electrónica sobre el continente europeo, la interoperabilidad parece ser otro tema recurrente. Dado el número de países que se agrupan en las fronteras del continente, se ha convertido en un objetivo primario asegurar que las credenciales eID europeas se estandaricen. Sin embargo, el proceso de estandarización es complejo, y el avance ha sido lento.
Hay esfuerzos encaminados a crear un mercado de identidad digital para identidad y autenticación en línea, dice Most. “Europa ha sido el santo grial en cuanto a su visión, pero parece que será un camino largo y algo angustioso”, añade.
Si el objetivo es la interoperabilidad, la razón es la convergencia.
“Desde el punto de vista doméstico, la orientación es hacer converger los servicios electrónicos”, dice Most. “Países como Estonia, Bélgica y Austria han cultivado entornos en que esos servicios florecen, mientras que Alemania y España han distribuido más de un millón de lectores de tarjeta promoviendo la aceptación de servicios electrónicos para la ciudadanía”.
Cuando la gente piensa en tarjetas de identidad, se piensa en licencias de conducir y pasaportes, así es que utilizarlas para acceder a otros servicios es algo nuevo, dice Barbu de NXP. “Cada vez más los gobiernos quieren integrar servicios adicionales para sus ciudadanos, en primer lugar para beneficios, firma electrónica y transporte público”, añade.
Estado de la Unión
Países de todo el mundo están pasando a utilizar identificación electrónica, y Europa está al frente de este movimiento. Según el informe de Acuity Market Intelligence, los volúmenes del programa europeo de identificación electrónica llegarán en 2016 a más de 91 millones de unidades.
Pese a las diferencias entre los diversos proyectos, todas las naciones de Europa pueden beneficiarse de la infraestructura y el marco social que respaldan la entrega de una identificación electrónica nacional. “El alto nivel de la infraestructura informática y los recursos financieros como respaldo, junto con la dedicación por entregar servicios electrónicos pan-europeos, distingue a Europa de todas las demás regiones del mundo y sienta la pauta mundial de la identificación electrónica nacional”, afirma Most. Pese a los factores políticos y económicos que aún influyen en la adopción y la implementación, Europa es un entorno ideal para promover un programa eID. Hasta ahora la infraestructura europea ha contribuido de forma esencial al éxito de las implementaciones de identificación electrónica y será vital a medida que el continente continúa desarrollando la estandarización a través de las fronteras.
El artículo original en inglés contiene informaciones adicionales sobre este tema.