Una forma en que fallan los sistemas biométricos
Por: Jeff Stephens, director de tecnología, Dignari
La tecnología biométrica continúa avanzando a un rápido ritmo. Cada año aparecen sensores más pequeños, algoritmos más avanzados, y nuevos e innovativos métodos de captura. Sin embargo, sigue existiendo un problema fundamental con demasiadas de las soluciones biométricas ofertadas por la comunidad de proveedores actualmente.
La mayoría de los productos biométricos que salen al mercado continúan enfocándose únicamente en la tecnología de sensores y el software de base. Aunque estas son capacidades centrales de la tecnología y constituyen la atracción especial que ofrece el proveedor, la oportunidad sigue siendo la de fortalecer de manera fundamental el sistema.
El problema
Actualmente los dispositivos biométricos carecen de una retroalimentación suficiente y valiosa para el usuario del sistema. La interfaz de usuario/experiencia de usuario ha sido descuidada históricamente y como resultado los sistemas no se percatan del verdadero potencial que ofrece la tecnología de base.
Como los dispositivos se han desplazado del modelo tradicional de estar enlazados con una estación de trabajo de un operador, hacia un modelo no atendido, autónomo y fluido, el problema en realidad ha empeorado.
Los individuos que se espera interactúen con estos dispositivos no tienen idea de lo que supuestamente deben hacer o cómo interactuar con el equipo que tienen delante.
Con demasiada frecuencia se produce la expectativa de que los integradores de sistemas lo “harán funcionar” situando en el sistema una pantalla con retroalimentación al usuario. Pero ese enfoque plantea una serie de problemas.
Cada integrador implementa su propio juego de instrucciones, íconos y retroalimentación a la comunidad de usuarios. Esto no solo introduce confusión para el usuario final, sino que además impacta negativamente sobre el valor percibido de la tecnología. Si la retroalimentación no es efectiva y el usuario final presenta mal su biometría, se culpa erróneamente a la tecnología biométrica.
Los sistemas se afectan, se difunde la idea de que la tecnología no funciona, y se pierden los negocios simplemente a causa de mala interacción con el usuario final.
En lugar de apoyarse en los integradores de sistemas con el fin de que proporcionen una retroalimentación adecuada para que la tecnología se desempeñe en todo su potencial ¿por qué no ofrecerlo como una capacidad básica de la tecnología biométrica lista para funcionar desde el primer momento?
Otro tema al pasarle esto al integrador, es la ubicación de la retroalimentación. Lo idóneo es que la retroalimentación para el usuario esté colocada junto con el sensor. Así se crea la mejor oportunidad para capturar una muestra biométrica ideal. Lamentablemente no siempre es el caso.
Pensemos en una implementación de quiosco con reconocimiento facial y/o de iris. Separando la interfaz de usuario/experiencia de usuario del sensor, uno crea una situación en que el usuario no está presentando sus datos biométricos de una forma ideal. En lugar de mirar al sensor que está situado encima de la pantalla del quiosco, el usuario se mantiene mirando a la pantalla para recibir instrucciones. Esto hace que exista una limitada oportunidad para capturar una muestra biométrica de calidad. En lugar de eso ¿por qué no hacer que la pantalla simplemente apunte hacia el sensor arriba y haga que el sensor mismo presente instrucciones directas y atractivas, y retroalimentación para el usuario? La retroalimentación incluiría hacia dónde el usuario debe mirar, por cuánto tiempo, y cuándo está terminado el proceso. No debería dejarse al usuario final que tenga que ser quien haga el cambio entre sensor y pantalla, o descifre las distintas luces como indicación de cuál es el próximo paso que debe dar.
La oportunidad
Hay una oportunidad real para que los proveedores de tecnología biométrica se diferencien entre sí mediante la implementación de una experiencia de usuario directamente desde el propio sensor bellamente diseñada, interactiva y atractiva. El diseño artístico de los sistemas y el poder inherente de la usabilidad tienen el potencial de elevar una solución y fomentar la adopción. Como prueba de ello basta con mirar a Apple. Al enfocarse en el diseño y la experiencia de usuario, Apple ha sido capaz de dominar el mercado y posicionarse como un innovador. En lugar de simplemente ofrecer una cámara en un estuche con unas cuantas luces indicadoras y aspirar a una captura biométrica de calidad, Apple ofrece una experiencia de usuario atractiva y efectiva que posiciona el sistema para un desempeño ideal y el éxito operacional. Dignari es una empresa consultora con experiencia, que da servicios a las diversas misiones de Seguridad Nacional, incluyendo gestión y seguridad fronteriza, operaciones de inteligencia y focalización, seguridad en el transporte y facilitación a los pasajeros, así como servicios de ciudadanía e inmigración.